Media hora ha durado aproximadamente, en su tramo urbano, el caótico cuarto encierro de las fiestas de Cuéllar protagonizado este miércoles los novillos de la ganadería Montes de Oca, con muchos problemas para los caballistas en el itinerario campero y también para los mozos y pastores en las calles, relata EFE. 

Nada hacía presagiar esas complicaciones durante la salida de las reses desde los corrales del Cega, la más tranquila de los cuatro encierros celebrados hasta la fecha: con la manada compacta y sin demasiadas dificultades en su conducción durante los cinco kilómetros hasta la entrada a la villa.

El grupo llegó al descansadero con tiempo suficiente como para reconducir a dos de los novillos que se habían quedado rezagados, y a preparar el descenso por el embudo situado junto a las primeras calles del casco urbano.

Pero los problemas no tardaron en aparecer unos pocos metros antes de entrar a la villa, ya que uno de los novillos se adelantó a la manada y en su brusco giro hacia la izquierda derrotó contra uno de los caballos que trataba de guiarlo hacia la calle.

A partir de ese momento la manada quedó muy disgregada, con los mansos guiando solamente a dos novillos y el resto de los astados al paso y lanzando derrotes hacia las talanqueras. Apenas hubo carreras de los mozos y sí bastantes recortes buscando que las reses gaditanas de Montes de Oca avanzaran poco a poco hacia la plaza de toros.

Encierro con novillos de la ganadería Montes de Oca. (Foto: Ical)

Finalmente, tras no pocos sustos ya que los novillos no dudaban en darse la vuelta y arrancar hacia los mozos, media hora después los pastores lograron conducir al último de los morlacos hasta la plaza para finalizar así un cuarto encierro con pocas carreras y bastante trabajo para los pastores, publica EFE. 

Ese jueves se celebrará el cuarto y último de los encierros de la fiesta del Rosario de Cuéllar, con astados de la ganadería de Aurelio Hernando, cuya vacada pasta en Soto del Real (Madrid).