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El valor de los recursos naturales por habitante en Castilla y León se eleva un 15% desde 1995

La cifra alcanza los 23.000 euros per cápita

El valor de los recursos naturales por habitante en Castilla y León se eleva un 15% desde 1995
El Faedo de Ciñeada (Foto: ICAL)
R.C.G.T
R.C.G.T
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Juan López / ICAL

Los recursos naturales con los que cuenta un país son imprescindibles para la vida humana y una parte fundamental de su riqueza, aunque no es habitual que se tengan en cuenta en los análisis sobre el crecimiento económico. No en vano, el valor de estos recursos por habitante en Castilla y León se elevó un 15 por ciento entre 1995 y 2018 (último año con datos), hasta alcanzar los 23.000 euros per cápita, mientras que la evolución de la media nacional descendió, precisamente, también un 15 por ciento, con 9.156 euros por habitante, según los datos recopilados en la monografía Economía y Medio Ambiente en España: análisis del flujo de materiales y capital natural, publicada por la Fundación BBVA y el Ivie y al que tuvo acceso Ical.

En concreto, el valor del capital natural de España, que incluye los recursos forestales, madereros y no madereros; las tierras de cultivo; las tierras de pasto; las áreas protegidas; y los recursos energéticos y minerales metálicos, se elevó a 467.558 millones de euros. Las autonomías que concentran una mayor parte del capital natural en España coinciden con las que tienen una mayor extensión territorial: Andalucía concentra el 30,2 por ciento de ese capital natural español, con algo más de 141.000 millones, seguida de Castilla y León, con el 12,5 por ciento y 58.444 millones, y Castilla-La Mancha, con el 10,2 por ciento, con 47.690 millones. Estas eran también las tres comunidades con mayor proporción de capital natural en 1995.

Frente a estas autonomías, en regiones densamente poblabas como Baleares, Comunidad Valenciana, País Vasco, Cataluña y Madrid no llegan a 5.000 euros por habitante. De hecho, en términos per cápita, las diferencias regionales también son importantes y, además, se han ampliado desde 1995. En general, expone el informe, las mayores dotaciones relativas se concentran en las comunidades del centro y sur de la península, "caracterizadas por su mayor extensión geográfica y a la vez por su menor dinamismo demográfico", un escenario en el que figura Castilla y León, a tenor del documento. 

El capital natural, según el mismo, forma parte del capital o riqueza acumulada total (capital producido, capital humano y capital natural) que constituye la base productiva a partir de la cual se genera todo el flujo de bienes y servicios de la economía nacional (PIB). En este sentido, el documento alerta de una evolución negativa del capital natural, ya que el valor de los recursos naturales se ha reducido entre 1995 y 2018, ligeramente en términos absolutos (0,4 por ciento) y de forma más intensa por habitante (más de un 15%), frente a un crecimiento del PIB per cápita del 39 por ciento en ese periodo. En Castilla y León, estos datos se han mantenidos neutros, mientras el PIB se ha duplicado.

Las que más han aumentado sus dotaciones en términos reales en estos 23 años son Cantabria (18,9 por ciento), Asturias (14,4) y Extremadura (11,2 por ciento), si bien Castilla y León (a un ritmo del nueve por ciento), Aragón, La Rioja y País Vasco también crecen por encima de la media nacional, mientras que el resto presentan variaciones negativas.

Peligro de los niveles de bienestar

El informe advierte de que la evolución negativa del capital humano, como ocurre en Castilla y León y en otras autonomías como Asturias, Extremadura, Andalucía y Cantabria, "pone en peligro los niveles de bienestar de las generaciones futuras, pues están perdiendo recursos productivos en los que apoyar el crecimiento de los próximos años". En el resto de comunidades autónomas, es decir, aquellas que desde el año 2000 han aumentado su riqueza agregada, existen casos en los que es posible hablar de crecimiento "sostenible fuerte" (Canarias, Baleares, La Rioja, Galicia y Aragón).

Otra de las variables que recoge el informe es el capital natural por kilómetro cuadrado. El análisis territorial de las dotaciones ofrece resultados distintos, pues en este caso comunidades pequeñas en superficie, pero dinámicas desde el punto de vista económico y demográfico, mejoran su posición en el ránking regional. Es el caso del País Vasco, Madrid o Baleares, que pasan de estar en los últimos puestos si se analizan las dotaciones por habitante a situarse por encima de la media nacional si se relativizan con la superficie. Encabeza este listado Andalucía, seguida muy de cerca por Canarias, y es tres veces mayor que la de Aragón, última región. Castilla y León, que partía con menor dotaciones relativa al principio del periodo, ha aumentado a mayor ritmo que otras mejor dotadas en términos de superficie, que incluso han experimentado una caída importante desde 1995, como es el caso de los dos archipiélagos y Andalucía.

Riqueza agregada

La riqueza agregada de España aumentó entre 2000 y 2018 en términos reales. Sin embargo, cuando se analiza lo ocurrido en los distintos territorios se observan descensos en la riqueza de algunas regiones, como es el caso de Asturias, Castilla y León, Extremadura, Andalucía y Cantabria, debidos "principalmente a reducciones de su capital humano".

En este análisis, Castilla y León se situaría entre las regiones que "han sufrido pérdidas de riqueza" en el periodo considerado. "Se estaría produciendo un descenso del bienestar", sentencia el informe.

Composición del stock

En 1995, las tierras de cultivo y pastos eran el recurso natural más importante en la gran mayoría de las regiones españolas, y esa mayor importancia relativa se ha mantenido hasta el final del periodo. En 2018 el capital natural de tierras de cultivo y pastos representaba el 59,4 por ciento del total de capital natural de España en su conjunto, prácticamente igual que 23 años antes (58,6). En Castilla y León, al igual que en España, se ha mantenido en el entorno del 50 por ciento.

Por contra, en la Comunidad han caído los recursos forestales, cuyo peso baja del 47 al 30 por ciento (en torno a un seis por ciento son recursos madereros y el resto, no madereros). De hecho, son los que muestran, en general, un mayor peso relativo tras las tierras de cultivo y pastos, y en el conjunto del territorio nacional representaban en 2018 el 23,3 por ciento del capital natural total, aunque llegaron a suponer más de un tercio del total al principio de periodo (35,9).

Sin embargo, en todas las regiones sin excepción la importancia relativa de este recurso natural se ha reducido en los veintitrés años, provocado principalmente por el incremento de las áreas protegidas, que en 1995 eran casi inexistentes en la comunidad (menos de un 0,5 por ciento), frente al 20 por ciento más actual.

Por último, los recursos energéticos y minerales tienen un peso muy reducido en el stock de capital natural nacional. Se ha reducido a la mitad, del 1,6 al 0,8 por ciento, mientras que en Castilla y León ha pasado del 3,5 por ciento de 1995 a la práctica inexistencia. Este descenso está motivado, justifica el informe, "por las distintas iniciativas regionales, nacionales e internacionales que han surgido en estos años para apoyar e impulsar la transición energética hacia el uso de energías limpias y renovables que permitan una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)".