Los nuevos miembros del Consejo Episcopal y la Curia diocesana de Segovia toman posesión de sus cargos
Nuevos cargos en el Obispado de Segovia
Los nuevos miembros del Consejo Episcopal y la Curia diocesana de Segovia toman posesión de sus cargos
Los nuevos vicarios y miembros de la Curia diocesana del Obispado de Segovia han tomado posesión de sus cargos, en el marco de la reorganización del gobierno pastoral emprendida por el obispo monseñor Jesús Vidal, tal como ya anunció hace semanas el Obispado.
Al inicio de la jornada se han reunido para el rezo del Angelus los miembros del antiguo Consejo Episcopal - Ángel Galindo, Ángel García Rivilla y Alfonso Frechel-, con el equipo entrante —Mariano Sanz, Fernando Mateo, Juan-Cruz Arnanz y Jesús Cano—. Tras abordar varios asuntos del presbiterio y la organización diocesana, se han incorporado al encuentro el nuevo delegado del Clero, Santos Monjas; el delegado para la Vida Consagrada, Francisco Berbell; la canciller-secretaria general, Marta Benito, y el vicario judicial, Florentino Vaquerizo; así como el hasta ahora vicario para la Vida Consagrada, José Antonio García Ramírez.
Ha sido entonces cuando los nuevos cargos han hecho el juramento de fidelidad y la profesión de fe ante el crucifijo y la Biblia, con la fórmula 'Que Dios me ayude, y estos Santos Evangelios, que toco con mis manos'. El nuevo equipo ha recitado el Credo y manifestado su lealtad al Obispo y a sus responsabilidades, guardando el debido secreto de los asuntos tratados en virtud de su cargo. De esta forma, la toma de posesión marca el inicio formal de las funciones de los vicarios y miembros de la Curia, así como su vínculo con la Diócesis y sus fieles.
Esta renovación del Consejo Episcopal y de las áreas de responsabilidad ha organizado la estructura diocesana en torno a tres grandes proyectos pastorales: la conversión pastoral, la cultura vocacional, y el desarrollo humano integral.
Con esta toma de posesión, la Diócesis de Segovia inicia una nueva etapa marcada por el relevo en su gobierno pastoral, la incorporación de laicos y mujeres en puestos de responsabilidad, y el impulso de proyectos orientados a la evangelización, la vocación y la atención social, con vistas a configurar una Iglesia que cada vez más cercana y comprometida con las personas.