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Del 'kiki' al 'cuñadismo': las palabras que la RAE incluyó sin hacer mucho ruido
Una filóloga descubre 2.000 nuevas voces que pasaron desapercibidas, como 'faraona' o 'cocacola', en un viaje lingüístico que revela que hasta la RAE se equivoca
Cada año, la Real Academia Española de la Lengua presenta una selección de novedades de su diccionario, un listado público que en la última década ha omitido curiosas incorporaciones como 'faraona' (2020), 'cocacola' o 'queer' (2024), recopiladas ahora por la filóloga Gelsys M. García en 'Las 2.000 nuevas palabras del español' (Oberon).
Esta profesora de la universidad de UCLA (EE.UU.) nacida en Cuba y doctora de la Universidad Complutense ha explicado a EFE que ha detectado unas 2.000 nuevas palabras entre 2014 y 2024 de las que la RAE y ASALE (la Asociación de Academias de la Lengua Española) solo había dado a conocer 910 como novedades, aunque obviamente todas ellas eran de consulta pública en el diccionario.
El concienzudo pero artesanal método de García (Camagüey, 1988) ha sido contrastar las 91.111 voces del diccionario impreso de 2014, que fue la última edición en papel, con las sucesivas versiones digitales a través de la herramienta "Empieza por...", del DLE, con la que es posible extraer todas las palabras gracias a consultas que arrojan un máximo de 200 vocablos.
"Parafraseando un conocido dicho popular: tal vez no están todas las que son, pero sí son todas las que están", remarca García "con razonable certeza" sobre su sistema, que ha tratado de confirmar con la propia RAE. La academia le ha remitido a la vigesimocuarta edición del diccionario, tanto en papel como en línea, que saldrá a finales de 2026.
En su trabajo hubo muchas palabras cuya incorporación le "sorprendió, alegró el día o simplemente fascinó", dice García, como 'afrodescendiente', 'colacao', 'cuñadismo', 'demasié', 'discman', 'draculino', 'kiki' o 'quiqui', 'largoplacismo' y 'largoplacista', 'mangú', 'transhumanidad' o 'voleibolista'.
Pero de entre todos sus hallazgos, el que más le sorprendió fue el de la palabra 'faraona', incorporada en 2020. "Entiendo que toda la atención estuviera centrada en el coronavirus (palabra que, por supuesto, también fue incorporada), pero omitirla fue un descuido notable, al menos desde un punto de vista cultural -no filológico-", opina.
El vocablo no obstante no es un homenaje a la mítica cantante Lola Flores, que recibió tal apodo por su poderío, y de cuyo fallecimiento acaban de cumplirse 30 años. En el diccionario se habla de 'faraón, na' como "cada uno de los antiguos reyes de Egipto anteriores a la conquista de este país por los persas".
En 2024, también se incluyó el extranjerismo 'queer', que se escribe en cursiva y define a quien "tiene una identidad de género o una orientación sexual que no se corresponde con las categorías tradicionales".
Otra sorpresa se la llevó esta joven estudiosa, que ya tiene en el mercado libros como 'Ortografía ilustrada. El libro para mejorar la escritura' (Anaya Multimedia), al descubrir que 'cocacola' (o 'coca cola') también estaba ya en el diccionario en 2024.
En todo caso, deja claro que "hacer pública una memoria completa de todas las modificaciones implicaría un enorme esfuerzo editorial" y no ve en las citadas selecciones un intento de esconder palabras.
Sí admite que su impresión en el caso de 'cocacola' es que no se incluyó en las novedades anunciadas porque habría significado, indirectamente, una gran campaña publicitaria gratuita e innecesaria para la marca de refrescos.
Pero no solo se incluyó la palabra en el diccionario, sino que la entrada tiene una errata. En la etimología se menciona la marca registrada Coca-Cola, pero sin el guion que forma parte de su grafía oficial, un "descuido evidente", dice García, sobre todo porque los propios académicos emplean la forma con guion siempre que se refieren a la marca, como lo demuestran publicaciones anteriores en redes sociales.
Y es que, como explica en un libro rico en ejemplos y acertijos, "hasta los académicos de la lengua se equivocan". Así, ha encontrado varios ejemplos de errores de acentuación en el diccionario de 2014 posteriormente corregidos como 'travelín' (término cinematográfico del inglés que se refiere a un movimiento de la cámara durante la grabación y que se pronuncia como palabra esdrújula: 'trávelin').
"Habría que explicar muchos detalles e intríngulis detrás del diccionario, del que a veces sabemos lo poco que nos comentan los académicos. Hay ejemplos que muestran cuán humano es este proceso", concluye la estudiosa.