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Juguetes que se convierten en 'superhéroes' en la investigación contra el cáncer infantil
Alcampo donará hasta el 7 de enero el 1 % de las ventas de todos los juguetes de su marca exclusiva One Two Fun y 2 euros por cada peluche solidario Julio o Julia
En muchos hogares, la Navidad empieza en cuanto se coloca el belén o el árbol navideño y el catálogo de los juguetes aparece en el salón de casa. Sonrisas, nervios, cartas escritas a mano y listas que crecen y se ajustan cada día. Y mientras eso ocurre, en Alcampo, algunos juguetes tienen una misión que va mucho más allá del simple juego. Tienen el objetivo de servir de impulso directo para la investigación contra el cáncer infantil. Porque, hasta el 7 de enero de 2026, cada familia que elija un juguete de la marca exclusiva One Two Fun o uno de los peluches solidarios Julio o Julia estará sumando recursos reales para salvar vidas.
Alcampo destinará el 1% de todas las ventas de juguetes One Two Fun y 2 euros por cada peluche Julio o Julia a la Fundación CRIS Contra el Cáncer y, concretamente, a la Unidad CRIS de Terapias Avanzadas en Cáncer Infantil del Hospital Universitario La Paz. Se trata de una unidad pionera en España que trabaja cada día para ofrecer una oportunidad a menores para los que los tratamientos convencionales ya no funcionan.
Julio y Julia, dos peluches con capa, antifaz... y un propósito
Entre las más de 800 referencias de la marca propia One Two Fun, hay un juguete que, con el tiempo, se ha ganado un lugar especial en el imaginario navideño de muchas familias. Se llama Julio y es un castor de peluche. Pero esta Navidad no llega solo. A su lado aparece Julia, su compañera de aventura solidaria.
Ambos lucen capa y antifaz, y no es un detalle estético ni casual. Es un símbolo. Representan la esencia misma de esta campaña, que busca recordar que, en la lucha contra el cáncer infantil, no es necesario llevar bata ni ser científico. Cualquier persona, al elegir uno de estos peluches, puede convertirse en un héroe de la investigación.
Con el simple gesto de colocar uno de estos juguetes en el carrito de la compra, se activa una cadena de esperanza que viaja desde uno de los supermercados o hipermercados de Alcampo hasta un laboratorio en el que se buscan nuevas vías de tratamiento para niños que no responden a las terapias estándar.
Una alianza que crece desde 2019
La colaboración entre Alcampo y CRIS Contra el Cáncer no es nueva. Nació en 2019 y se ha consolidado como una alianza estable que ya ha permitido aportar más de 400.000 euros a proyectos de investigación infantil avanzada. Recursos que han impulsado tratamientos innovadores, personalizados y, en algunos casos, únicos en Europa.
Para Yolanda Fernández, directora de RSC, Comunicación y Relaciones Externas de Alcampo, la clave está en mantener el compromiso año tras año.
"Apoyar a CRIS es apoyar investigación real que llega a pacientes reales. Cada juguete vendido suma recursos para que los equipos científicos avancen sin frenos y para que las familias encuentren una ventana de esperanza donde antes había un callejón sin salida".
Esta filosofía resume el espíritu de esta campaña. "Miles de pequeños gestos pueden suponer el empujón decisivo para que una terapia llegue antes a un niño que la necesita", apunta.
La realidad del cáncer infantil: una carrera a contrarreloj
Y es que, cada año, se diagnostican 400.000 nuevos casos de cáncer infantil en el mundo, 35.000 en Europa y entre 1.500 y 1.600 en España. Aunque las tasas globales de supervivencia rondan el 80 %, todavía mueren entre 200 y 300 menores al año en nuestro país. Son los casos más complejos, aquellos para los que la investigación es la única vía real.
El doctor Antonio Pérez Martínez, jefe del Servicio de Onco-Hematología y Trasplante del Hospital Universitario La Paz y responsable de la Unidad CRIS, resume el desafío con claridad: "En oncología pediátrica, el tiempo lo es todo. La investigación no es un lujo. Es tan necesaria como el aire que respiramos porque salva vidas".
La unidad que dirige aplica un modelo único en España en el que investigadores, biólogos, inmunólogos, bioquímicos, genetistas, inmunólogos y matemáticos trabajan de la mano con el personal facultativo del hospital para abordar cada caso de una forma particular y tratar de acortar tiempos entre el laboratorio y la cama del paciente. Desde su puesta en marcha en 2018, más de 1.000 menores han sido tratados en esta unidad.
Entre sus avances más relevantes destaca la capacidad de combinar investigación de vanguardia con ensayos clínicos que permiten desarrollar tratamientos completamente personalizados. Es el caso de las terapias CAR-T, que emplean células del propio sistema inmunitario modificadas para reconocer y destruir células tumorales. Son tratamientos diseñados para pacientes que ya no tienen alternativas, una demostración de cómo la ciencia puede abrir caminos allí donde antes solo había silencio clínico. Y para que estos avances lleguen a tiempo, recuerda, se necesitan recursos y "la unión decidida entre la ciencia, las instituciones y la sociedad civil".
La sociedad como motor de cambio
Según explica Marta Cardona, directora de la Fundación CRIS Contra el Cáncer, la participación social es esencial en la lucha contra esta enfermedad que afecta a uno de cada dos hombres y a una de cada tres mujeres. "Todos estamos tocados de cerca. No todos podemos investigar, ni ser médicos, pero sí todos podemos apoyar para que los científicos sigan desarrollando tratamientos que están salvando vidas".
Cardona recuerda que existen muchas formas de colaborar con CRIS contra el Cáncer. "Se puede ayudar haciéndose socio, realizando donaciones regulares, participando en retos solidarios, o sumándose a campañas como la de Alcampo", explica, mientras destaca que "lo importante es el apoyo constante, porque la investigación necesita tiempo y estabilidad".
En esta carrera contra el cáncer, pone de relieve el papel de las empresas: "Gracias a compañías como Alcampo, que nos lleva apoyándonos muchísimo tiempo, estamos consiguiendo llegar a más personas y acelerando terapias que están cambiando pronósticos y salvando vidas".
Es de esta forma como cada peluche Julio o Julia y cada juguete One Two Fun vendido en Alcampo se convierte en un eslabón más de una cadena que conecta dos realidades. Por un lado, la ilusión que se vive en casa al abrir un regalo y, por otro, la esperanza que necesitan quienes pasan estas fiestas en la habitación de hospital.
Una cadena que muestra cómo un juguete puede transformarse en investigación. Cómo un gesto solidario puede abrigar sonrisas. Y cómo, esta Navidad, los superhéroes no viven únicamente en las pantallas. Esperan en la juguetería de Alcampo, recordándonos que cada compra puede convertirse en un pequeño impulso científico y que cada familia que participa se convierte en un eslabón imprescindible de ese avance colectivo.
Alcampo donará hasta el 7 de enero el 1 % de las ventas de todos los juguetes de su marca exclusiva One Two Fun y 2 euros por cada peluche solidario Julio o Julia
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