Jaime Ostos ha fallecido a los noventa años de edad en Colombia, durante un viaje que el torero estaba disfrutando con su mujer, Mari Ángeles Grajal y más amigos, grandes personalidades de la Marbella de la época.

Después de una época delicado de salud, se encontraba estable, pero parece que todos los baches que ha tenido estos últimos años al final han pesado en el desenlace. Jacobo Ostos ha confirmado en llamada telefónica para el programa la triste noticia: "Ha muerto sin dolor, ha sido un infarto cuando se ha despertado".

El joven confesaba cómo han sido estos días de su padre en Colombia: "Han sido unas horas felices, quitando que no me tenía a mí al lado, estaba con su gente. Hasta ayer estaba bailando como bailaba él por bulerías y todo. Mi madre me ha enviado vídeos y fotos... si es que, por fuera estaba muy bien, pero son casi 91 años. Es ley de vida. Lo que lamento es que lo último ha sido un abrazo y le dejé allí hace unos días".

Jacobo se ha enterado a través de una llamada que le ha hecho su madre hace apenas unas horas: "Me he despertado con la noticia hace prácticamente dos horas, no me lo he creído, pensaba que estaba soñando aún. Me ha llamado mi madre, mi tía, Fátima, que es la chica que trabaja en casa... llorando la pobre".

Ostos, ecijano de nacimiento, vivió su época de máximo esplendor como figura del toreo en los años 1960 y años 1970. Constituyó todo un referente en el toreo de su época, definido por todos los aficionados como uno de los grandes maestros. Considerado un torero valiente y de muy buena técnica, la muleta y la espada han sido sus dos mejores virtudes. En 1974 anunció su retirada de los ruedos, participando en años posteriores en varios festejos benéficos, apareciendo por última vez en un ruedo en el año 2003 en la plaza de toros de su ciudad natal.