Un Atlético brillante y un deslumbrante Julián Álvarez firman una victoria aplastante ante el Real Madrid

Fiel a su identidad y carácter, el conjunto dirigido por Simeone demostró de nuevo su capacidad para resurgir en los momentos más complicados

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Un Atlético brillante y un deslumbrante Julián Álvarez firman una victoria aplastante ante el Real Madrid
El autor esMiguel Ángel  Fernández
Miguel Ángel Fernández
Lectura estimada: 3 min.

El Atlético de Madrid ofreció una actuación memorable y, junto a un Julián Álvarez estelar, dejó atrás la crisis que arrastraba el equipo rojiblanco. Derrotaron con autoridad al líder del campeonato, el Real Madrid, con un 5-2 que quedará grabado en la historia. El delantero argentino, decisivo una vez más como ya lo fue frente al Rayo Vallecano, fue clave en la remontada, anotando dos goles tras el empate de Sorloth, y allanando el camino para una goleada de prestigio que culminó Griezmann con un tanto para enmarcar.

Fiel a su identidad y carácter, el conjunto dirigido por Simeone demostró de nuevo su capacidad para resurgir en los momentos más complicados. Tras un mal arranque de temporada, logró en su séptimo encuentro un triunfo de peso, cargado de coraje, fútbol y emoción, venciendo al eterno rival capitalino con una goleada que ilusiona a la afición.

El derbi comenzó con sorpresas en las alineaciones: Bellingham ocupó el lugar del joven argentino Mastantuono en el once blanco, mientras que Simeone apostó por Alexander Sorloth, muy cuestionado por su bajo rendimiento hasta ahora. Pese a los errores del pasado —el penalti ante el Alavés, la roja contra el Mallorca, y fallos claros en partidos previos—, el noruego recibió una nueva oportunidad para reivindicarse, esta vez frente al rival más exigente.

Desde el inicio, el Atlético se mostró superior en todos los aspectos: intensidad, presión y ritmo. Tomó la iniciativa y comenzó a generar oportunidades claras, muchas de ellas con Sorloth como protagonista. Aunque seguía dejando dudas por momentos, su presencia fue determinante.

Llorente, imperial tanto en defensa como sumándose al ataque, y el tándem Koke-Barrios, impecables en el centro del campo, dominaron la batalla táctica. En un fútbol cada vez más dominado por fichajes millonarios, ambos representan el alma del Atlético: formados en casa, comprometidos con el escudo y ejemplo para la cantera.

Sorloth tuvo una gran ocasión tras un pase largo de Hancko que lo dejó solo ante Courtois, pero Militao le arrebató el balón en el último segundo. Minutos después, un cabezazo suyo se fue por poco. El dominio colchonero se transformó en gol con un centro de Giuliano y un certero remate de cabeza de Le Normand que batió a Courtois. El 1-0 era más que justo.

El Madrid, desorientado, apenas encontraba respuestas. Sin embargo, en una jugada aislada apareció Mbappé para empatar el encuentro con una gran acción tras pase de Güler y error defensivo del Atlético. Fue la primera llegada del equipo de Xabi Alonso y terminó en gol.

Y no quedó ahí: Güler culminó la remontada blanca tras un fallo de Le Normand, una gran jugada de Vinicius y una asistencia que el joven turco convirtió en el 1-2. A pesar del duro golpe, el Atlético no se vino abajo. Siguió atacando con determinación y encontró el empate con un gran centro de Koke y un potente cabezazo de Sorloth. El 2-2 liberó al delantero y encendió al estadio.

El Atlético fue superior en la primera mitad y el empate se antojaba corto. En la segunda parte, mantuvo el mismo ímpetu. Apenas cuatro minutos después del reinicio, Güler cometió penalti sobre Nico tras levantar peligrosamente la pierna. Julián Álvarez asumió la responsabilidad y convirtió el 3-2, desatando la euforia en las gradas.

Xabi Alonso reaccionó con cambios: entraron Mastantuono, Camavinga y Asensio, este último por la lesión de Militao. Pero la dinámica no cambió. El Atlético era mejor, y aunque Sorloth desperdició una oportunidad clara, Julián Álvarez volvió a aparecer. Una falta cerca del área terminó en un golazo del argentino para el 4-2.

Con el marcador a favor, el Atlético supo controlar el partido. Cedió el balón, pero sin sufrir, moviéndolo con criterio. Y aún hubo tiempo para más: Griezmann cerró la cuenta con el 5-2 definitivo, desatando la locura en el Metropolitano y confirmando una victoria histórica, contundente y llena de orgullo rojiblanco. El Atlético vuelve a mirar hacia arriba en la clasificación y demuestra que está de vuelta en la pelea por el título.

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