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Ganadería, agricultura y turismo, los usos que hacen rentable el monte y frenan los fuegos
Es la base de un proyecto piloto que se desarrolla en 55 montes
La ganadería extensiva, la producción de miel, la recogida de setas, la plantación de plantas frondosas, como el castaño y el olivo, y el ecoturismo son los principales usos que demuestran que el monte puede ser rentable y, a su vez, resiliente frente a los incendios y el cambio climático.
Es la base de un proyecto piloto que se desarrolla en 55 montes, todos situados en Galicia y en Asturias, y que explica a EFE la directora del área de Desarrollo Rural de la Fundación Juana de Vega, Beatriz Suárez, con un trabajo que empezó en 2023 y está desde el año pasado sobre el terreno.
La iniciativa, denominada 'Comunidades activas y paisajes resilientes a incendios forestales y cambio climático (CAPRIF-CC)', busca responder a los retos que aparecieron tras la ola de incendios forestales de 2022, vinculados a "esa resiliencia territorial: cómo hacer un territorio más fuerte cuando llegan los incendios".
"Podemos hacerlo a través de múltiples actividades económicas que permitan una multifuncionalidad entendida no solo como el aprovechamiento maderero sino también buscar usos alternativos, como la ganadería en extensivo, la plantación de frondosas, para la producción de castañas los olivos, o la producción agroganadera, como setas y miel, y también el ecoturismo", desvela.
Para ello trabajan en cinco zonas, donde se distribuyen los 55 montes, que son Valdés y Tineo (Asturias); Cangas de Narcea y Negueira de Muñiz (Asturias y Lugo); Os Ancares y O Courel: Folgoso do Courel, Quiroga y Cervantes (Lugo); Macizo Central: Laza, Montederramo y Castro Caldelas (Ourense); y O Barbanza, Sar y Baixo Ulla: Rianxo, Lousame, Rois, Padrón, Dodro, Porto do Son y Ribeira (A Coruña).
En su mayoría son terrenos vecinales en mano común, también con propietarios particulares en Asturias, en los que diseñan "el monte de futuro desde el punto de vista de esa multifuncionalidad y esos usos alternativos que llevan a hacer superficies más resilientes ante los incendios", para lo que también se busca financiación en empresas que, a través de su responsabilidad social corporativa, quieran participar en esas tareas de restauración ambiental, multifuncionalidad y prevención del fuego.
El medioambiente no entiende que las legislaturas duren cuatro años
Tras la ola de incendios forestales que ha arrasado miles de hectáreas en el noroeste peninsular, Beatriz Suárez sostiene que es el momento de analizar lo ocurrido y "hacer una planificación con cabeza y a largo plazo", en la que queden definidas "las áreas estratégicas que interesa defender de cara a la prevención de incendios", pues se ha visto que cuestan "vidas y hogares", lo que también analizan estos días los equipos sobre el terreno.
"El medio ambiente tiene unos tiempos y un largo recorrido y las decisiones que se tomen tienen que ser a largo plazo. Las propuestas no entienden de cuatro años de periodo de gobierno, tienen que ser muy a largo plazo. El periodo de corta de un pinar es de 35 años y si hablamos de frondosas, como castaño y roble, es mucho más largo", prosigue.
Una de las primeras opciones es la ganadería extensiva, "una actividad que reduce mucho la biomasa y, por tanto, el riesgo de incendios", pero, frente a ello, encuentra que "el territorio gallego ha sufrido un abandono de esa actividad económica en las últimas décadas", lo que unido al cambio climático hace un cóctel en el que aumenta el fuego.
"Tenemos que buscar a los ganaderos, apoyarlos en el proceso emprendedor, luego la implantación en el territorio, con la creación de los pastos, y después todo el proceso de comercialización", añade.
Dentro del proyecto, el próximo objetivo es "hacer un estudio de viabilidad de alternativas de gestión forestal multifuncional" para determinar exactamente el impacto económico y la viabilidad de hacer una apuesta por un monte así
En las próximas semanas están previstas dos actuaciones, la primera es una "visita de intercambio" entre comunidades de montes que forman parte de la red del proyecto, que son unas ochenta, y unas jornadas de ecoturismo en Os Ancares y O Courel para "potenciar este tipo de actividad y analizar qué necesidades tiene de cara al futuro", con la participación de expertos.
El proyecto, financiado por la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, cuenta, además de la Fundación Juana de Vega, con la Fundación CER, de las universidades gallegas y el norte de Portugal, Montescola, la Asociación Galega de Custodia do Territorio y el Centro Tecnológico Forestal y de la Madera (Cetemas).
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