Rodrigo Villalón pone el gusto; David Cob, el arrojo en Otero de Herreros

El alicantino cortó una oreja tras fallar con el acero y el palentino paseó dos trofeos. El Ñoño estuvo solvente

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Rodrigo Villalón pone el gusto; David Cob, el arrojo en Otero de Herreros
El alicantino Rodrigo Villalón torea con mucho gusto al natural. José Ángel Gallego.
El autor esJosé Ángel Gallego Vázquez
José Ángel Gallego Vázquez
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Se anunciaba una clase práctica en la localidad de Otero de Herreros, en plena sierra segoviana. Tres jóvenes aspirantes demostraban, ante los nobles novillos de hermanos Mayoral (Castronuño), su hambre de triunfo y sus ganas de evolucionar en el difícil mundo del toreo.

Abría cartel Antonio Díaz 'El Ñoño', de la Escuela de Úbeda, que venía acompañado por el matador de toros Jesús Millán. Muy voluntarioso el novillero ante un ejemplar noble, un tanto pegajoso. El Ñoño, que destacó en banderillas toda la tarde, logró un trofeo tras una variada actuación.

Sorprendió Rodrigo Villalón, un novillero de la Escuela Taurina de Alicante (aunque con relación con las localidades vallisoletanas de Rioseco y Villalón). A pesar de haber debutado esta misma temporada y de contar sólo con un puñado de festejos, el alicantino estuvo muy solvente y reposado. Con un concepto de mucho gusto, Villalón manejó con empaque el percal y la franela. Saludó al noblote segundo, al que le faltó un poco más de fuerza, estirándose a la verónica.

Muy templado con la muleta, en un trasteo que comenzó con ayudados por alto, y siguió con series largas y hondas por ambos pitones. Cerró el trasteo acortando distancias, con dos circulares que calaron en los tendidos. Muy atentos a su evolución permanecían el empresario taurino Nacho Lloret y el ganadero y matador de toros Rafael Sandoval. La estocada no fue suficiente y pinchó al volver a entrar a matar. El premio fue de una merecida oreja.

Llegaba a la localidad segoviana David Cob, un novillero de la Escuela Taurina de Palencia cuajado y que apunta maneras. Acompañado del toreo palentino Carlos Doyague, demostró arrojo y conocimiento de los terrenos ante un bravo ejemplar que fue premiado con la vuelta al ruedo. Acertó con el estoque el palentino y paseó las dos orejas en una entretenida tarde en la que los novilleros, aun sin caballos, demostraron su proyección.

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