Se ha canalizado el voluntariado en un centro de coordinación en la Ciudad de las Artes de València y se cita a los voluntarios para trabajar con orden
El sargento del Consorcio Provincial de Bomberos de València y jefe de intervención de la primera operación activada en Utiel, Juan Vicente Nadal, ha calificado el escenario en las carretas tras las graves inundaciones como de "zona de guerra" y ha relatado la dificultad de los múltiples rescates ante una corriente "salvaje y brutal".
En declaraciones a EFE, Juan Vicente Nadal, que está destinado en el parque de Requena, ha pedido encarecidamente que no se hagan desplazamientos por carretera hacia Valencia "que no sean de vida o muerte".
El sargento ha podido regresar hoy a Faura, su municipio natal, con muchas dificultades y después de permanecer en la zona cero de las inundaciones desde el martes cuando saltó la emergencia.
Estaba de guardia y comenzaron a recibir avisos "uno detrás de otro". Se desplazaron hacia Utiel donde peligraban especialmente las casas situadas junto al río Magro, en las que vive sobre todo gente mayor, mucha de la cual perdió la vida. Los bomberos rescataron sus cuerpos dentro de sus domicilios.
Los rescates se realizaban "conforme podíamos" porque la corriente "era salvaje y brutal". "A los que estaban en primeras plantas les decíamos que se quedaran ahí, que era donde mejor estaban", relata a EFE.
Con la colaboración altruista de vecinos se pudo ir rescatando a gente con palas excavadoras, con las que se iba "cuadriculando calles" en busca de gente en peligro, pero "había muchos puntos a los que no se podía acceder ni quiera con estos vehículos pesados por la fuerza del agua" y "en ningún caso se podía poner en peligro la vida de más gente".
La gente del pueblo, relata, "estaba muy nerviosa, pedían a gritos que se les rescatara". Poco a poco fueron desplazando a los rescatados hasta el restaurante el Tollo, que dejó sus instalaciones para que se acomodaran y les proporcionaron agua, mantas y comida.
"Hicimos lo que pudimos", dentro de la extrema gravedad, asegura. Los equipos de rescate se vieron "totalmente desbordados" con "gente chillando pidiendo auxilio" ante el miedo de que el nivel del agua, que ya había alcanzado al primer piso, siguiera subiendo.
Sin embargo, por suerte, el agua subió muy rápido pero también descendió con gran velocidad ya que circuló por una rambla, su salida natural, de manera desbordada.
En la zona, explica Nadal, "nadie había vivido algo así en 50 años". Ocurrió algo que "no se esperaba nadie" y, lamenta, "no estamos preparados para ello".
Sobre las carreteras afectadas, especialmente la A3 y tramos de la AP7, el sargento asegura que son una "zona de guerra", con "agujeros, pavimento dañado, puentes caídos..." Y por ello pide que solo se realicen los desplazamientos estrictamente necesarios porque "la gente puede quedarse atrapada en esas carreteras y se necesita que estén libres para la circulación de los servicios de emergencia" y además "no se debe ocasionar ningún rescate más por estos desplazamientos".
La situación, añade a EFE, "es apocalíptica, muy grave", por todos lados. "Hay vehículos averiados" por doquier y la situación no volverá a ser medianamente normal en semanas, apunta.
Actualmente hay numerosos efectivos de la UME, ha explicado, que continúan buscando desaparecidos y que se afanan en limpiar viales, especialmente para hacerlos útiles para el acceso de los servicios de emergencias.
Y recuerda que en Utiel y en Requena "no funciona nada", ni teléfono ni internet, apunta, por lo que pide que solo se desplace la gente en esa zona para buscar comida o comprobar el estado de familiares que no estén localizados.
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Salvo la vida gracias a la actuación de dos chicos, que le ayudaron a ella y a otras 61 personas a subir al tejado de una gasolinera.
"Unos eliminaron recursos y fallaron en la prevención, otros tampoco demuestran estar a la altura. Mientras, las personas dando lo mucho o poco que tienen", añade
Han trasladado al lugar un vehículo 4x4, trajes de vadeo, dos chalecos de rescate acuático, epis de protección individual, patas de cabra, palas y cepillos