Desde este martes, médicos de toda España inician una huelga de cuatro días, la tercera desde junio. Esta rebelión de batas blancas se opone al estatuto marco propuesto por el Ministerio de Sanidad, buscando una normativa específica que contemple las particularidades de su profesión. La Confederación Española de Sindicatos Médicos (CESM) ratifica su disconformidad argumentando que el gremio médico requiere una regulación más profunda que un simple capítulo dentro del marco legal que abarca a todo el personal del Sistema Nacional de Salud, tanto sanitario como administrativo.

Esta nueva paralización de médicos y facultativos coincide temporalmente con la convocatoria de una huelga indefinida a partir de enero, organizada por otros sindicatos (UGT, CCOO, CSIF, SATSE-FSES y CIG-Saúde), que también se posicionan en contra del estatuto marco.

Paradójicamente, la razón de estos últimos es opuesta: no aceptan una legislación específica para los médicos y censuran la 'deslealtad' del Ministerio al haber mantenido diálogos 'paralelos' con CESM y SMA sobre las condiciones laborales médicas. El Ministerio, sin embargo, invoca la 'responsabilidad colectiva' para no obstaculizar el borrador, advirtiendo que hacerlo significaría desaprovechar una 'oportunidad histórica' de actualizar una normativa estancada por veinte años. 

La Sanidad asegura que el documento actual, fruto de un extenso diálogo 'técnico y político' con más de 60 encuentros con diversos actores, contempla las demandas de su competencia, pero no puede incorporar peticiones que infrinjan competencias autonómicas o sean inconstitucionales.

El Ministerio respalda su propuesta argumentando que erradicará la precariedad con ofertas públicas de empleo obligatorias bienales, reducirá las guardias de 24 horas a un máximo de 17, establecerá límites semanales y garantizará que los descansos obligatorios post-guardia no generen 'deuda horaria', entre otras significativas ventajas.

No obstante, ni CESM ni SMA se dan por satisfechos. Han respondido al reciente borrador con un tercer llamamiento a médicos y facultativos en todo el país desde junio, si bien han otorgado autonomía a cada sindicato autonómico (algunos no afiliados a CESM) para organizar sus protestas.

Así, la duración de las movilizaciones variará: algunos lugares tendrán cuatro días de paro, otros dos, y algunos se limitarán a un único acto. Sin embargo, la mayoría buscará coincidir en concentraciones el jueves, ya sea en hospitales o frente a las sedes gubernamentales.

Por ejemplo, la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (Amyts), independiente de CESM, respalda el paro de cuatro días. Además, organizará una masiva manifestación de médicos y facultativos de Atención Primaria, Hospitalaria y Extrahospitalaria, incluyendo MIR, FSE y personal de centros adscritos a la Comunidad de Madrid.

La marcha madrileña, que comenzará a las 10:00 desde el Congreso hacia el Ministerio de Sanidad, aspira a un estatuto que 'dignifique' la profesión. También reclamará a la administración autonómica mejoras salariales y la equiparación del Hospital Gómez Ulla con el Sermas, entre otras reivindicaciones.

En esta línea, APEMYF, a la que pertenece Amyts, ha programado adicionales jornadas de huelga médica para el 14 y 15 de enero, anticipando acciones indefinidas si las exigencias del colectivo no son escuchadas.

Finalmente, Metges de Catalunya ha convocado dos manifestaciones en Barcelona: la primera, este martes a las 10:30 horas, partirá de la Delegación del Gobierno en Cataluña y culminará en la Plaça de Sant Jaume.

La segunda se realizará el miércoles, también a las 10:30 horas, iniciando desde la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona y concluyendo en el Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya.